Inmediatamente después del regreso de Colón, en 1493, los Reyes Católicos adoptaron las medidas necesarias para asegurar-se todos los derechos sobre los territorios descubiertos, y por descubrir, gracias al intrépido genovés. Acudieron al Papa Alejandro VI, que, por ser español de nacimiento, estaba en buenas disposiciones con relación a ellos, y el mismo año obtuvieron una bula que otorgaba a España todos los territorios situados a cien leguas al oeste de las Azores y de las islas de Cabo Verde, obteniendo con ello una magnífica victoria diplomática.
No habían contado con los portugueses. El rey Juan II elevó su correspondiente protesta que señaló el comienzo de unas prolongadas negociaciones entre ambos países hasta que por fin pudieron llegar a un compromiso. En 1494, por el célebre tratado de Tordesillas, Juan reconocía los derechos de España sobre los países de Occidente, aunque trasladando la línea de demarcación desde 100 a 374 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde, reconociéndose como pertenecientes a la esfera de influencia de Portugal las tierras y mares situados al este de dicha línea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario